- por CIPA Chile
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Los 20 años de CIPA: una historia de adaptación a los cambios en el entorno
Dos décadas de historia, investigación e innovación está cumpliendo el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (CIPA), en las que su trabajo científico y tecnológico ha aportado a la Región del Biobío desde el 2003, a través de los numerosos proyectos que tienen como objetivo beneficiar a la industria local y a la población.
Contribuir decididamente al desarrollo y competitividad de la Región del Biobío, descentralizar la Ciencia en el país, formar estudiantes de pre y post grado y generar conocimiento científico entregando soluciones para problemáticas reales de la industria, son los pilares fundamentales de la misión que tiene CIPA y que este 2023 celebra 20 años de historia.
Junto con la instalación en 2005 de la primera planta procesadora de productos plásticos para investigación en la región y la puesta en marcha de la prestación de servicios con laboratorios de última tecnología en 2007, se dio el puntapié inicial a las investigaciones, siempre teniendo en cuenta la sostenibilidad y sustentabilidad de sus proyectos.
Sin embargo, los orígenes de CIPA se remontan a un contexto completamente diferente. En 2003 surge el centro bajo el alero del Gobierno Regional, la Universidad del Bío-Bío y la Universidad de Concepción, para proveer soporte científico-tecnológico en el área de polímeros a un proyecto petroquímico que se desarrollaría en la región. Una iniciativa que no prosperó pero que permitió que CIPA se adaptara para atender a la industria del plástico y a sus sectores usuarios.
Hoy, emplazado en terrenos de la UBB, cuenta con una infraestructura que supera los 1.200 metros cuadrados, se vincula con más de con 50 empresas clientes cada año, en los últimos 5 años ha prestado más de 300 servicios técnicos especializados, ha concedido 3 licencias, ha publicado 80 artículos científicos y ha creado 3 empresas de base tecnológica.
Alejandra Pizarro, directora de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, destacó a la labor y al rol que tiene el centro en la región, “el trabajo de CIPA desde y para el territorio es un ejemplo y un estímulo para otros grupos de investigadores e investigadoras que desde distintos rincones del país sueñan por descentralizar el conocimiento”. Así lo ratificó el gobernador Rodrigo Díaz, quien felicitó a CIPA por sus 20 años de historia y expresó que, “nos sentimos orgullosos del trabajo de CIPA, y como este se encadena con soluciones tecnológicas que ponen a disposición de distintos procesos productivos del Biobío”.
Esto se debe a que una de las preocupaciones del centro es precisamente colaborar en la competitividad de los procesos productivos de la región, como lo señaló Claudio Toro, director ejecutivo del CIPA quien explicó que “ayudar a entender a las industrias lo que ocurre con los materiales plásticos con los que trabajan, los riesgos a los que están expuestos es fundamental, y mostrarles cómo a través de la ciencia se pueden crear polímeros que no sean perjudiciales para la salud y que sean amigables con el planeta”.
Reflejo de lo anterior son los 48 proyectos ejecutados solo en los últimos cinco años, como es el caso de la creación del plástico de origen renovable, denominado “Flex Bio”, un bioplástico biodegradable y compostable derivado del aserrín de pino, que durante la pandemia de Covid-19 fue usado para la fabricación de elementos de protección personal, demostrando su compromiso con la salud de los habitantes de la región.
En el mismo sentido, surgió el plan Basura Cero, que promete que hasta un 60% de los residuos producidos en Curanilahue y Arauco sean compostados y reutilizados, para así evitar el colapso de los rellenos sanitarios y vertederos de la provincia. La alcaldesa de Curanilahue, Alejandra Bustos, se refirió a este proyecto e indicó que “durante dos años hemos estado trabajando profunda e intensamente con CIPA en el desarrollo de un proyecto que significa la esperanza de poder mejorar el manejo de residuos pensando en el desarrollo que puede tener este proyecto a futuro”.
Otros innovadores proyectos del centro son la producción de CaCO3 para uso industrial a partir de las conchas de navajuelas, huepo y taquillas proporcionadas por las agrupaciones de cosedores de la caleta de Tubul, y el desarrollo de Bionosfrost, un anticongelante desarrollado en conjunto con la UdeC que disminuye el impacto de las heladas tardías en los cultivos en el que participaron las empresas Copeval y Frusan. Este se basa en un polímero biocompatible, es decir, que la naturaleza lo puede absorber como lo haría con un material biológico, sin impacto dañino para la naturaleza y la agricultura.
Es por estos proyectos que la Vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Concepción, Andrea Rodriguez, catalogó al centro como, “un referente científico-tecnológico que aporta al crecimiento sustentable de la agroindustria, la construcción y la salud. Y sobre todo, por ser un ejemplo de alianza público-privada y de articulación entre la academia y la industria”.
De la misma forma, la seremi de Ciencia de la Macrozona Centro Sur, Sofía Valenzuela señaló que “creemos que el trabajo que está haciendo CIPA va muy de la mano con la descentralización, porque está apoyando a pequeños emprendedores de comunas distintas a la capital regional, y a su vez sigue realizando investigación, que es necesaria para poder tener posteriormente productos aplicados y poder realizar esta transferencia tecnológica de manera más efectiva”.
La autoridad de Gobierno comentó además, que una de las tareas del centro para los próximos años es reducir la brecha de género, donde las universidades tienen un rol clave para potenciar y motivar el ingreso de mujeres a la ciencia, así como también continuar llevando la ciencia a todos los rincones de la región como lo ha hecho hasta ahora el centro. Para el administrador regional de Biobío, Iván Valenzuela, es fundamental que se continúe impulsando la salida de los productos creados en CIPA al comercio, para poder potenciar el legado del centro, y el reconocimiento de este.
Según el director ejecutivo de CIPA, los desafíos para el futuro son claros, “continuar trabajando para el desarrollo de la región y seguir estudiando los polímeros, porque nuestra preocupación para los próximos 10 años es la contaminación por plásticos, en el sentido de poder identificar los materiales que son nocivos y retirarlos, para que cuando se sometan a procesos de reciclaje no sean tóxicos y así poder —desde la Ciencia— aportar a mejorar la calidad de vida de la población y promover el cuidado del planeta”.